María asomó sus ojos al pasado tibio con sus párpados cerrados y en el tímido destello de un suspiro, una lágrima imperiosa escapó del infinito de sus ojos tristes y se posó en las cálidas mejillas sonrosadas de su rostro ausente y olvidado por aquel hombre amado, que en manso cautiverio secuestró sus sueños y arropó su ausencia y se miró al espejo de prisa y apretó sus labios, conteniendo una palabra quieta allí en su alma, que se agita…y en un andar tranquilo e inocente, con sus pies descalzó caminó hacia el balcón abierto de su casa y recogió algunos crisantemos rotos de su frágil alborada y su nostalgia y los tiró en la cama…como queriendo acumular su aroma, en ese sueño que ha volado en estampida llana al despertar el alba y alisando sus cabellos enredados con el viento y un recuerdo, se miró al espejo y evocó ese rostro, reflejado en su tristeza, hablándole otra vez!
Eileen
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