Más cuántas veces habremos besado y arañado el alma, con las manos apretadas y los ojos escondidos en la noche, donde lloran las camelias en invierno y mis labios se han quebrado como otoños, en tus campos fríamente marginados, donde vida, yo me pierdo entre tus pasos y te sigo, tan ausente como triste…en la silente caminata hacia el olvido, donde grito como un niño que ha perdido su simiente…y se aferra a los recuerdos de un ayer!
Pues no hay nada más amargo...que tu ausencia... enredada entre mis manos y ese débil palpitar de un corazón!
Eileen
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