lunes, 30 de mayo de 2011

AHOGOS


Después de diluir mis sueños en tus bastos mares acaudalados, mi sombra se desvanecía etérea en esos cielos tuyos de granito (donde se estrelló el eco de mis sueños)

Y todas mis nostalgias cayeron en las piedras calizas del desierto clandestino de tus ojos, y mis lágrimas silentes abrumaron mis sentidos y mi alma…que fría ante la daga de tu ausencia…con lánguida mirada pudo contemplar tu indifencia, latente y despiadada, parpadear una vez más en mi dolor!

Eileen

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